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Tayta Carmelo Sardinas Ullpu Profesor de lengua quechua de la UBA.
En nuestra cultura andina, de las naciones y pueblos originarios del Tawantinsuyu (mal llamado imperio inca) estamos comenzando el mes de la Pachamama.
Hay que recordar que nuestro calendario es luni-solar, compuesto por 13 meses de 28 días (que según el calendario gregoriano corresponde al mes de agosto).
Para nosotros, Pachamama es mucho más que el suelo o la tierra que pisamos y cultivamos: es naturaleza, universo esencialmente, tiempo-espacio indivisibles. En idioma quechua, pacha es tiempo-espacio; ymama es madre. Por ella somos una cultura milenaria donde el pasado es guía y está primero en un camino de sabiduría hasta hoy vigente con 5518 años recorridos.
Si observamos la armonía universal de la naturaleza, veremos que desde los insectos a las estrellas, todos los seres tenemos nuestro lugar. Todos estamos formados por elementos químicos del mismo conjunto y sujetos a las mismas leyes naturales que regulan fecundidad, nacimiento y muerte. Todos dependemos de todos.
Sintiéndonos y sabiéndonos eslabón, insignificante y cósmico al mismo tiempo, podemos hablar con ríos y montañas, saludarlos, pedirles permiso para atravesarlos. Percibir sus cambios y su humor.
Sentirnos siempre acompañados por las diferentes formas que adquiere la vida en cada momento.
Nos consideramos hijos del sol y pachamama, porque nuestro inti al fecundarla cada día provoca la maravillosa continuidad vital para todos los seres existentes. La Pachamama nos da vida, alimentos, vestidos y techo. Es nuestra cuna y es nuestra tumba.
Todo esto forma parte de la cultura que nuestros abuelos nos supieron transmitir, y nosotros supimos guardar. Nos enseñaron a cuidar con amor la tierra de toda erosión.
Aprendimos a tomar de la naturaleza lo justo y necesario para continuar nuestra vida, sin depredar. No nos alegró ni nos alegrará el proveer a la destrucción inútil de otras formas de vida.
Es por esto que les pedimos colaboración para el fortalecimiento de nuestra madre porque la Pachamama está enferma.
Para la cultura occidental, están primero los intereses económicos. Hoy en día es común el uso de “superplantas” con “súper fertilizantes” sometidas a una “súper irrigación” y “súper fumigación” que traen como resultado la destrucción de la tierra y del agua, la reducción drástica de la biodiversidad y la inutilización de billones de toneladas de suelo que anteriormente constituían paisaje muy fértiles, sumados a los daños a la salud y a todo el ecosistema que provoca el uso de sustancias tóxicas como el glifosato, un herbicida que la empresa Monsanto creó, patentó y comercializó mundialmente junto con semillas de maíz y soja genéticamente modificadas.
En la Argentina, la mitad de las tierras cultivadas están sembradas de soja transgénica, esto es 17 millones de hectáreas de diez provincias y 90 millones de toneladas cosechadas de las que más del 90% se exportan principalmente a Europa y China.
Pero esta expansión vertiginosa que se hace en detrimento de los pequeños campesinos de la región es más que un simple fenómeno agrícola, es un verdadero proyecto político hegemónico. Hoy Monsanto controla de hecho la política agroalimentaria y comercial de Brasil, Paraguay, Argentina, Bolivia y pronto Uruguay, y su poder supera con mucho el de los gobiernos nacionales. La multinacional es la que decide qué semillas y qué productos químicos se van a utilizar en estos países, qué cultivos se van a suprimir, y en ultima instancia, de qué van a alimentarse los pueblos y a qué precio.
En abril del 2009 una investigación del CONICET encabezada por Andrés Carrasco confirmaría el efecto perjudicial del glifosato sobre el desarrollo embrionario humano. Dijo que produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura. Es el primer estudio en su tipo que refuta la inocuidad del herbicida.
A partir de la publicación de esta investigación en Pagina/12, el profesional fue amenazado y le armaron una campaña de desprestigio: se llegó a decir que su investigación no existía.
Si la alimentación fue y es la base fundamental de nuestra salud para prevenir enfermedades, ¿por qué se nos impone una alimentación que no es natural? Las naciones originarias Mayas perfeccionaron el maíz. Nuestros sabios andinos perfeccionaron la papa, sacándola de una raíz venenosa sin alterar el equilibrio de la naturaleza. También supieron en caso de sequía deshidratar no solamente la papa sino también el maíz para que durara de 100 a 150 años sin heladeras, sin la tecnología moderna de hoy y sin ningún componente químico que dañe la salud. La papa perfeccionada fue la que salvó del hambre a muchos países europeos, siempre en constantes guerras mundiales.
La cultura europea trajo el ganado vacuno a estas tierras, y por otro lado nuestros abuelos supieron perfeccionar a la crianza de la llama para que su carne tuviera 0% de colesterol. La carne de vaca tiene un alto porcentaje, en cambio. Recién hoy la medicina occidental reconoce que altos índices de colesterol en nuestra sangre pueden provocar muchos trastornos de salud (incluso infartos).
Nosotros nunca nos sentimos reyes de la Naturaleza, ni amos de las plantas, ni de los animales, ni de las tierras que nos fueron (y son) saqueadas, ni mucho menos amos que ponen de rodillas a otros seres humanos por política o religión. Tan solo somos otra forma de vida con otra cara. Sólo el hostil a la Naturaleza puede ser hostil a otros seres humanos, que son también Naturaleza.
Sabemos que en este momento están contaminando el aire y la tierra con la explotación minera a cielo abierto y el uso de cianuro, y otros avances que apuntan mas a intereses comerciales o políticos que al bienestar de todos los pobladores. También el robo y comercialización del descanso de nuestros queridos ancestros difuntos exhibidos aun en museos que demuestran cómo somos tratados los hijos de Pachamama, degradados en nuestra dignidad cultural. Por ejemplo las ch’ullpas o momias de los niños de Yuyay Yaku (Agua de la Memoria) que se llevaron desde 1999 la arqueóloga argentina María Constanza Ceruti, John Reinhard de la National Geographic y el ex gobernador Juan Carlos Romero, hoy secuestradas en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta en tiempos de otro gobernador peronista, Juan Manuel Urtubey.
Las culturas originarias venimos transmitiendo el cuidado y la preservación de nuestra Madre Naturaleza a través de las ceremonias. Nos preguntamos qué esperan dejarles a las próximas generaciones.
Necesitamos que entiendan: basta de dañar a la Pachamama ¿Cuándo van a aceptar y respetar a todos los seres que también son nuestros hermanos, porque compartimos con ellos la vida? Nosotros apoyamos plenamente el planteo que hizo Evo Morales durante abril de este año en Cochabamba sobre la Madre Naturaleza.
Nuestros Mayores con conocimiento realizan esta ceremonia sólo en los primeros 20 días del mes.
Se comienza a realizar el 31 de julio por la noche, porque a partir de ese momento la Pachamama está predispuesta para recibir a sus hijos.
Hay una Ceremonia Familiar en la que la honramos en nuestras casas, terrenos, corrales, chacras, donde sahumamos y hacemos limpieza energética del lugar.
En la Ceremonia Comunitaria se va a un Lugar Sagrado donde Nuestros Mayores la comparten en círculo con todos, por todos y para todos.
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